Un trastorno mortal está afectando a ciervos, alces y renos en 24 estados del país. Las autoridades han emitido una alerta para evitar su propagación. A pesar de que no se han registrado casos, los científicos creen que la proteína que causa la enfermedad podría mutar y en ese caso contagiar a las personas.

Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades han indicado que la caquexia crónica podría ser peligrosa para la gente. Una foto de 2012 muestra a un biólogo examinando los ganglios linfáticos de varios ciervos. Crédito: Scott Takushi/Pioneer Press via AP

Comenzó la temporada de caza de ciervos en todo el país y las autoridades están emitiendo nuevas advertencias sobre una enfermedad que tiene en alerta los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC), el mal de los "ciervos zombies".

A principios de 2019 se dio a conocer que una extraña enfermedad atacaba a venados, alces y renos en algunos estados de Canadá y Estados Unidos, dándoles una apariencia similar a la de los ficticios zombies.

Las autoridades de salud la llaman caquexia crónica o CWD (por sus siglas en inglés) y los estados de Iowa, Wyoming, Pennsylvania y Tennessee han advertido a los cazadores sobre este mal para prevenir su propagación entre estos animales.

Según los CDC, hasta el mes de agosto se ha encontrado el transtorno crónico en ciervos y alces silvestres en 277 condados de 24 estados del país.

El trastorno afecta al cerebro y a la médula espinal de los ciervos, provocándoles diferentes síntomas una vez son infectados, como la pérdida de peso drástica, falta de coordinación motora, babeo y apatía, entre otras manifestaciones neurológicas. Por esta razón el transtorno se conoce como la enfermedad de los "ciervos zombies".

Sin embargo, los síntomas no se presentan de manera inmediata, los especialistas mencionan que puede tardar más de un año en desarrollarse en los animales.

El contagio "zombie"

Los científicos señalan que la enfermedad se contagia entre los rebaños por el contacto de fuidos corporales, tejidos y plantas contaminadas, pero también por el consumo de agua y alimentos que han sido expuestos al CWD.

Hasta el momento no existen vacunas ni tratamientos que estén disponibles para la caquexia crónica, que es mortal.

La primera vez que se detectó un caso de caquexia crónica en un ciervo fue en la década de 1960 en un centro de investigación de Colorado. En 1981 el trastorno apareció en ciervos salvajes y para el año 2000 la tasa de algunos rebaños cautivos se habían elevado poco más de 79%.

La enfermedad del "ciervo zombie" está catalogada como priónica, ya que es un proceso neurodegenerativo que afecta el cerebro y la medula espinal de los ciervos a través de proteínas anormales que dañan las proteínas priónicas normales. Las células se acumulan y eventualmente estallan, dejando espacios microscópicos vacíos en la materia cerebral que le dan un aspecto "esponjoso" según información de los CDC.

Cuando la caquexia crónica se establece en una zona, el riesgo puede permanecer ahí durante mucho tiempo.

Hasta el momento no se ha informado la presencia de esta enfermedad en humanos. Sin embargo los CDC se encuentra en alerta ante la posibilidad. Los expertos en enfermedades infecciosas temen que si la caquexia crónica infectara los humanos, el consumo de carne infectada sería la vía más probable de su propagación.

Mark Zabel, director del Centro de Investigación Prion en la Universidad Estatal de Colorado, le dijo a la revista Live Science que hay sospechas de que el contagio de la enfermedad del "ciervo zombie" en humanos es posible.

Se estima que cada año en EEUU se comen entre 7,000 y 15,000 animales infectados con la caquexia crónica pero ese número podría aumentar en un 20% cada año.

Un estudio reciente realizado en monos ha puesto a los CDC en alerta ante la posibilidd de que la enfermedad de los "ciervos zombies" pueda afectar a las personas.

Recomendaciones

Las autoridades recomiendan no tocar un animal que ha sido atropellado, ni comer o manipular carne de animales muertos.

A los cazadores los CDC les han recomendado que en caso de ver a un ciervo que esté actuando de manera extraña deben establecer su ubicación y enviársela a las autoridades estatales.

Es importante el uso de guantes de látex o goma al manipular a los animales que han sido cazados pero se debe minimizar el tiempo que una persona pasa tocando los órganos como el cerebro o los téjidos de la médula espinal.